Como una flor seca
entre las páginas
de mi libro.
Sin aroma
sin brillo
y con mucho miedo.
Se quedan las flores
de los recuerdos
en este pecho mío.
Disecando lo que se fue
y olvidando
lo que aun vive.
Taxidermistas de recuerdos
que ya fueron vividos
llenan mi morada
de inmóviles figuras
que no sirven para nada.
Que no quiero que se me quede
el primer plato frió
me lo como recién servido
Y para el postre,
lo que hayáis pedido.
Ya no llevo equipaje
en mi camino.
Autor: Eduardo García